El Gobierno Regional de Moquegua es un “nido de ratas”
Falta principio de autoridad al presidente Jaime Rodríguez Villanueva y solvencia moral para combatir a la institucionalizada mafia de corrupción.
El reciente descubrimiento de uno de los tantos robos de combustible y el desfalco descarado del presupuesto de la carretera Charijón-Huatalaque, además de la cuantiosa malversación de fondos y la sospechosa paralización de obras en los pueblos interandinos, son reflejos de actos inmorales que salen del Gobierno Regional de Moquegua.
Difícil de probar porque el círculo vicioso de la corruptela está protegido por el blindaje de altos funcionarios que adulan al presidente Jaime Rodríguez Villanueva; sin embargo, en días pasados se puso en evidencia un escandaloso robo de petróleo perteneciente a la construcción del puente Quilancha del sector de Estuquiña.
En este acto delictuoso estarían comprometidos el ingeniero residente de la obra Fredy Cusiramos, el logístico Rolando Málaga y toda una cadena de funcionarios de confianza del gobernante regional, por lo que se teme en el desvanecimiento de este escandaloso hecho como tantos otros que pasaron al olvido.
Un hecho similar se registró en la construcción de la carretera Charijón-Huatalaque, jurisdicción del distrito de Cuchumbaya, donde en poco más de 80 metros lineales de movimiento de tierra gastaron increíblemente más de un millón de soles, siendo el presupuesto total del proyecto un millón 130 mil soles.
Al respecto, los pobladores de la comunidad de Huatalaque presumen que aquí se gasto combustible más de lo debido (9,397 galones), mientras por otro lado sospechan sobre la existencia de trabajadores fantasmas, quienes habrían contribuido al desfalco del considerable presupuesto, hasta quedar paralizada la obra.
Lo propio estaría ocurriendo en el distrito de Matalaque, donde la construcción de un canal y un reservorio se encontrarían paralizadas desde hace un buen tiempo, porque la ejecución del presupuesto no concuerda con el avance físico de las referidas obras. Así como las obras inconclusas también habrían sobrevaloraciones en los mantenimientos de infraestructura.
Falta principio de autoridad al presidente Jaime Rodríguez Villanueva y solvencia moral para combatir a la institucionalizada mafia de corrupción.
El reciente descubrimiento de uno de los tantos robos de combustible y el desfalco descarado del presupuesto de la carretera Charijón-Huatalaque, además de la cuantiosa malversación de fondos y la sospechosa paralización de obras en los pueblos interandinos, son reflejos de actos inmorales que salen del Gobierno Regional de Moquegua.
Difícil de probar porque el círculo vicioso de la corruptela está protegido por el blindaje de altos funcionarios que adulan al presidente Jaime Rodríguez Villanueva; sin embargo, en días pasados se puso en evidencia un escandaloso robo de petróleo perteneciente a la construcción del puente Quilancha del sector de Estuquiña.
En este acto delictuoso estarían comprometidos el ingeniero residente de la obra Fredy Cusiramos, el logístico Rolando Málaga y toda una cadena de funcionarios de confianza del gobernante regional, por lo que se teme en el desvanecimiento de este escandaloso hecho como tantos otros que pasaron al olvido.
Un hecho similar se registró en la construcción de la carretera Charijón-Huatalaque, jurisdicción del distrito de Cuchumbaya, donde en poco más de 80 metros lineales de movimiento de tierra gastaron increíblemente más de un millón de soles, siendo el presupuesto total del proyecto un millón 130 mil soles.
Al respecto, los pobladores de la comunidad de Huatalaque presumen que aquí se gasto combustible más de lo debido (9,397 galones), mientras por otro lado sospechan sobre la existencia de trabajadores fantasmas, quienes habrían contribuido al desfalco del considerable presupuesto, hasta quedar paralizada la obra.
Lo propio estaría ocurriendo en el distrito de Matalaque, donde la construcción de un canal y un reservorio se encontrarían paralizadas desde hace un buen tiempo, porque la ejecución del presupuesto no concuerda con el avance físico de las referidas obras. Así como las obras inconclusas también habrían sobrevaloraciones en los mantenimientos de infraestructura.
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