La institucionalización del flagelo de la corrupción en nuestra región, tomó la delantera a cualquier pandemia que haya llegado exterminar con la salud moral de la apacible ciudad de Moquegua. La crisis moral en las instituciones públicas del departamento es generalizada y actua en forma concatenada con las otras instancias de fiscalización. De allí que es difícil encontrar siquiera a un funcionario corrupto en la cárcel, pese a las constantes denuncias de corrupción.
Es materia de este comentario, el escandaloso desenlace de una serie de actos inmorales que tiene lugar en el interior del Gobierno Regional de Moquegua presidida por el profesor Jaime Rodríguez Villanueva. Aunque lo ocurrido en los últimos días no era novedad para la población que sigue de cerca el diario trajinar de la referida entidad; sin embargo, parece que son hechos insólitos para los encargados de maquillar la alicaída imagen del mandatario regional, quienes nunca terminarán de rasgar sus vestiduras.
La incapacidad y la insolvencia moral de Jaime Rodríguez Villanueva y sus séquitos ya no tiene límites. Todo lo referido anteriormente se complementa con la falta de principio de autoridad, cuya consecuencia esta a la vista. ..Un desgobierno total, malversación y corrupción, entre otros ilícitos que preocupan a los líderes y el pueblo comprometido con el desarrollo de la región.
Lo peor de todo ello es que los moqueguanos están siendo marginados por los foráneos, quienes luego de sacar provecho se marcharán como lo hacen todos los fines de semana con las billeteras abultadas como producto del dudoso usufructo económico logrado gracias a un Jaime Rodríguez que anda por las nubes.Mientras siga enquistado un procurador amoral y un auditor soñolento quienes viven de los favores de la institución, no habrá manera de combatir la corrupción, porque además están bajo el amparo de normas que, en cierta medida favorecen a los corruptos. De no ser así, muchas ex autoridades y funcionarios estarían purgando condena en los centros de reclusión, porque hubo cuantiosas denuncias periodísticas sobre diversos actos de corrupción cometidos en diferentes latitudes de Moquegua.
Es materia de este comentario, el escandaloso desenlace de una serie de actos inmorales que tiene lugar en el interior del Gobierno Regional de Moquegua presidida por el profesor Jaime Rodríguez Villanueva. Aunque lo ocurrido en los últimos días no era novedad para la población que sigue de cerca el diario trajinar de la referida entidad; sin embargo, parece que son hechos insólitos para los encargados de maquillar la alicaída imagen del mandatario regional, quienes nunca terminarán de rasgar sus vestiduras.
La incapacidad y la insolvencia moral de Jaime Rodríguez Villanueva y sus séquitos ya no tiene límites. Todo lo referido anteriormente se complementa con la falta de principio de autoridad, cuya consecuencia esta a la vista. ..Un desgobierno total, malversación y corrupción, entre otros ilícitos que preocupan a los líderes y el pueblo comprometido con el desarrollo de la región.
Lo peor de todo ello es que los moqueguanos están siendo marginados por los foráneos, quienes luego de sacar provecho se marcharán como lo hacen todos los fines de semana con las billeteras abultadas como producto del dudoso usufructo económico logrado gracias a un Jaime Rodríguez que anda por las nubes.Mientras siga enquistado un procurador amoral y un auditor soñolento quienes viven de los favores de la institución, no habrá manera de combatir la corrupción, porque además están bajo el amparo de normas que, en cierta medida favorecen a los corruptos. De no ser así, muchas ex autoridades y funcionarios estarían purgando condena en los centros de reclusión, porque hubo cuantiosas denuncias periodísticas sobre diversos actos de corrupción cometidos en diferentes latitudes de Moquegua.
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