20091013

SOSPECHOSO SILENCIO DE PUNEÑOS FRENTE A LA AMENAZA DE SUS PAISANOS

El cuento del problema limítrofe llegó con el “show de la diablada”
Pese a la nobleza moqueguana que se encuentra “invadida por migrantes puneños”, sus cuestionadas autoridades pretenden salvar su responsabilidad a costa del vecino.
Ante la amenaza expansionista de la población puneña encabezada por sus cuestionadas autoridades, los residentes en la ciudad de Moquegua y otras jurisdicciones de la región, aún no han expresado su opinión sobre el hecho, como tampoco dicen nada los líderes políticos de procedencia puneña.
Los entendidos en geopolítica, sostienen que los pobladores de la meseta del Collao, vienen jugando sucio contra sus propios paisanos, a sabiendas que la población moqueguana se encuentra conformada por un 60 % de ciudadanos provenientes de diferentes lugares de la región Puno.
DELIMITACION TERRITORIAL
El supuesto problema del límites estaría siendo organizado por una élite política puneña, promovida –a su vez- por una empresa minera, cuyo objetivo sería tener entretenidos a los pueblos de Puno y Moquegua, mientras saquea la riqueza sin mayores problemas ni reclamos de la sociedad civil.
Teniendo en consideración que la delimitación territorial con Puno fue ratificada con la última creación de la provincia puneña del Collao, sobre los hitos naturales que son las cordilleras de Cacachara, Ichipata y Quesllampu entre otras referencias limítrofes.
MESA DE DIALOGO
Tras la visita del alcalde de Puno Luis Butrón y el de Acora Iván Flores, las autoridades moqueguanas, encabezada desafortunadamente por el presidente regional Jaime Rodríguez Villanueva, cual “niños obedientes”, enrumbaron viaje hacia el altiplano para formalizar la llamada “mesa de diálogo”, la cual no dio el fruto esperado, porque apenas los moqueguanos se dieron la media vuelta, la movilización provocadora ya se encontraba en la zona de Pasto Grande.
EL OLVIDO DE HERNAN FUENTES
El presidente regional de Puno Hernán Fuentes Guzman, olvidó reclamar el asiento minero de Cuajone como parte del territorio puneño, porque mientras su discurso se centraba en las justas distribuciones del canon minero, su homólogo Jaime Rodríguez Villanueva, andaba cabeceando pelotas en la pampa de Pasto Grande.
Tanto el presidente regional de Puno, como el alcalde distrital de Acora, mostraron su descortesía con el pueblo, al reclamar a las autoridades moqueguanas –quienes supuestamente- estarían coaccionando a sus paisanos, poniendo como condición el cambio domiciliario por un puesto de trabajo.
FALTA MAYOR FIRMEZA
Pese a los denodados esfuerzos que despliegan las autoridades moqueguanas para satisfacer las necesidades básicas de los pobladores conformantes del CP de Pasto Grande, el presidente regional de Moquegua no tiene una firme posición sobre el tema para contrarrestar técnicamente las pretensiones antojadizas de los vecinos.Aprovechando la debilidad de las autoridades moqueguanas, sus pares de Puno quieren sacar ventaja económica y político, según el análisis realizado por los entendidos en la materia. Entonces, es necesario tomar el caso con cautela y mucho tecnicismo

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